Hace varios meses escribí sobre el seguimiento del exalcalde del Distrito Nacional y hoy ministro de Turismo, David Collado, al proyecto que diseñó como alcalde para la solución del desorden que representa la Avenida Duarte con París y la importancia que tendría para una ciudad turística como lo es Santo Domingo. El compromiso no es solo del exalcalde y de las autoridades municipales, involucra también al Poder Ejecutivo y al empresariado; esa es una buena señal.
La semana pasada se realizó un acto con la presencia del presidente Luis Abinader, quien asumió un compromiso con el proyecto; la alcaldesa Carolina Mejía, el exalcalde y actual ministro de Turismo, David Collado, y empresarios interesados en la solución de ese problema. Se ofrecieron detalles de las obras que se pondrán en marcha para recuperar la zona y convertirla en área de venta organizada. Se observó compromiso para devolver el orden a la zona, algo muy importante para una ciudad que recibe cada vez más turistas e inversiones hoteleras.
Lo que se aplicará es el proyecto diseñado bajo la gestión del exalcalde Collado (2016-2020), quien estudió el problema y viajó en junio de 2019 junto a diez líderes de los buhoneros de la Avenida Duarte con París para que compartieran con sus homólogos de Guayaquil, Ecuador, el proceso de transformación y organización con resultados muy positivos para esa ciudad y que pueden ser la clave para la transformación al caos y desorden que se vive la principal arteria comercial de Santo Domingo. Pero, también, con este proyecto se podría dar paso a un gran mercado para turistas.
El compromiso que han hecho el presidente, la alcaldesa y el ministro de Turismo es ejecutarlo en cinco etapas, la primera estaría concluida en 60 días, con una inversión de US$1 millón. El proyecto incluye primero formalización de los nuevos módulos comerciales para los buhoneros –con casetas y locales adecuados-, puesta en funcionamiento de la pequeña plaza construida en la gestión de Roberto Salcedo y el remozamiento de aceras, contenes, drenaje pluvial, soterrado de cables e iluminación. Es un modelo con el que buscan ordenar el comercio en casetas y mercados clasificados según el producto.
Además, han adelantado que el proyecto que se pondrá en ejecución busca reordenar y devolverle la acera al peatón, reorganizar el tránsito vehicular y el transporte público con nuevo arbolado urbano e iluminación vial y señalizaciones. Lo que se adelanta es una gran transformación; no es una tarea fácil, pero puede lograrse si los propios buhoneros lo entienden y ven las ventajas que traería para ellos con negocios más estables en un entorno limpio y seguro. Las autoridades no deben obviar la necesidad de un gran proceso de diálogo, concertación y educación de los buhoneros.
Ese problema de la Duarte con París puso a prueba a alcaldes como José Francisco Peña Gómez, extinto líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD); Rafael Corporán de los Santos (fallecido), del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC); a Rafael Suberví Bonilla, del PRD; Juan de Dios Ventura (Johnny), del PRD, y a Roberto Salcedo, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Todos lo intentaron, invirtieron recursos y esfuerzos y no pudieron lograrlo, el problema se ha ensanchado y su solución es impostergable.
Los buhoneros deben convertirse en parte de la solución, ver las ventajas que tendrán con un entorno más organizado y seguro, que indudablemente permitirá un mayor flujo de clientes con mayor capacidad de compra. Con la solución de ese desorden de la Duarte con París ganarán los buhoneros, que tendrán negocios más estables y rentables, y ganará la República Dominicana, porque los ciudadanos podrán volver a esa gran zona comercial y puede ser un buen atractivo para los cientos de miles de turistas que visitan la ciudad.
El presidente Luis Abinader, el ministro de Turismo, David Collado y la alcaldesa Carolina Mejía no deben descuidar este proyecto en ningún momento hasta que quede solucionado, porque la Duarte con París es uno los pocos lugares que no parecen de República Dominicana, por el desorden y el caos que allí impera, y resolver este problema es de mucha importancia para mantener el desarrollo de Santo Domingo, una ciudad que atrae grandes inversiones y recibe cientos de miles de turistas. Se enviará una señal de más orden, limpieza y se pudiera dar paso a otro atractivo turístico con un buen mercado para turistas una vez a la semana.