El papa Francisco reconoció este miércoles un milagro atribuido a Juan Pablo I, cuyo pontificado fue uno de los más cortos de la historia, de sólo 33 días en 1978, por lo que pronto será beatificado.
El pontífice argentino autorizó promulgar «el decreto sobre el milagro atribuido por intercesión del venerable siervo de Dios Juan Pablo I», indicó en un comunicado la oficina de prensa del Vaticano.
El milagro atribuido a Juan Pablo I, el italiano Albino Luciani, es la inexplicable curación el 23 de julio de 2011, en Buenos Aires, de una niña de 11 años que se encontraba gravemente enferma y que estaba agonizando, pero que gracias a las oraciones al pontífice italiano se curó, según el Vaticano.
Francisco reconoció en agosto pasado «las virtudes heroicas» de Juan Pablo I, considerándolo como «siervo de Dios», primera etapa en el camino a la beatificación, cuya fecha no ha sido fijada por el Vaticano.
Para la canonización se necesita haber intercedido en un segundo milagro, según las normas canónicas.
Juan Pablo I, apodado «el papa sonriente», es el último de una larga sucesión de papas italianos y su muerte, ocurrida tan solo 33 días y seis horas después de su elección, alimentó dudas y teorías conspirativas.
Elegido en agosto de 1978 a la edad de 65 años, para suceder a Pablo VI, fue hallado muerto la madrugada del 28 de septiembre de 1978 de un infarto, según la versión oficial.
Sin embargo, debido a que a los pontífices no se les realiza la autopsia y a las inexactitudes por parte del Vaticano sobre las condiciones y el horario de la muerte, se alimentó en la opinión pública el rumor de que había sido asesinado, probablemente envenenado.
Desde entonces se han multiplicado los libros sobre el tema. Algunos sostienen que el papa Luciani iba a poner orden asuntos delicados de la Iglesia, en particular el controvertido manejo de las finanzas por parte del obispo estadounidense Paul Marcinkus, al frente del banco del Vaticano y sospechoso en la época de tener vínculos con la mafia italiana.
Entre los papas recientes, Pablo VI (1963-1978) fue beatificado, mientras que Juan XXIII (1958-1963) y Juan Pablo II (1978-2005) fueron canonizados.