El futuro pasa por el agua

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El pasado 27 de febrero, en su primera rendición de cuentas, el presidente Luis Abinader expuso al país los logros de su gobierno, las acciones inmediatas a ejecutar en este contexto de pandemia, y la visión de Estado que su administración ha asumido, en beneficio del presente, pero sobre todo de cara al futuro. Uno de los pilares de esa visión pasa por darle al recurso del agua un enfoque innovador y sostenible.

Abinader propuso al país un gran acuerdo por el agua “que garantice una inversión de 8,850 millones de dólares”, esto es, el 0.6% del Producto Interno Bruto (PIB) promedio anual por los próximos 15 años, en alianza con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, en vista de que, siendo el agua un líquido cada día más escaso y preciado, constituye una obligación de todos los sectores de la vida nacional el crear un marco legal que regule el uso, la conservación y el aprovechamiento de este recurso.

“La República Dominicana debe aspirar a llevar agua potable a todos los hogares, y a tener ríos limpios, en los que sancionaremos las extracciones mineras ilegales, además de cuencas y acuíferos en equilibrio y recursos hídricos garantizados para la producción agrícola”, dijo el mandatario, al tiempo de anunciar que transfería al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales todas las competencias relacionadas con los recursos naturales, de manera que podamos tener una gestión más efectiva en el manejo de cuencas y en el plan de reforestación.

Precisamente, desde este ministerio, el agua se convirtió desde el primer día en la prioridad más relevante y decisiva de nuestra administración. Nos rige por supuesto la Constitución, que se refiere al agua en su artículo 15, cuando señala que el agua “constituye patrimonio nacional estratégico de uso público, inalienable, imprescriptible, inembargable y esencial para la vida. El consumo humano del agua tiene prioridad sobre cualquier otro uso. El Estado promoverá la elaboración e implementación de políticas efectivas para la protección de los recursos hídricos de la Nación”.

Por lo demás, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el agua ocupa un rol preponderante. El objetivo 6: Agua limpia y saneamiento, alerta sobre la escasez del líquido, lo que afecta actualmente al 40% de la población mundial, lo cual se verá acrecentado con los efectos del cambio climático y la elevación de la temperatura global, algo que compromete especialmente a países como el nuestro, expuestos a los embates de estos fenómenos.

Por eso es que priorizar el agua y trabajar con una agenda concreta sobre el cambio climático es urgente e impostergable. A propósito de que este 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, resulta propicio resaltar que estamos trabajando arduamente con los ecosistemas y su relación con la provisión de agua, basados en el manejo sostenible de las áreas protegidas; la conservación de la diversidad biológica; la protección de bosques húmedos o lluviosos y la regeneración de la cobertura boscosa, especialmente en las cuencas altas de nuestros ríos.

En nuestro país contamos con 127 Áreas Protegidas, desde donde nacen las más importantes fuentes hídricas. En efecto, ahí hemos concentrado nuestros esfuerzos para una nueva cultura de manejo del agua, a través del cumplimiento irrestricto de la ley y su régimen de consecuencias, evitando y sancionando ilícitos ambientales relacionados con la tala y quema de bosques. A la par, estamos promoviendo el cambio de uso de suelo y atrayendo más visitantes a estas áreas.

El agua definirá el futuro, y bajo esa consigna, nos encontramos en medio de la creación del Sistema Nacional de Información Ambiental, a partir del cual podremos desarrollar un monitoreo metereológico e hidrológico de las cuencas hidrográficas, lo cual nos permitirá acceder a datos que mejoren la transparencia y rendición de cuentas, respaldando con certeza estadística la toma de decisiones; la realización de investigaciones sobre gestión integrada de agua y de vulnerabilidad climática; así como la implementación de medidas de adaptación y de planificación territorial que se pueden ejecutar en distintos escenarios.

Áreas protegidas
En nuestro país contamos con 127 Áreas Protegidas, desde donde nacen las más importantes fuentes hídricas. En efecto, ahí hemos concentrado nuestros esfuerzos para una nueva cultura de manejo del agua, a través del cumplimiento irrestricto de la ley y su régimen de consecuencias, evitando y sancionando ilícitos ambientales relacionados con la tala y quema de bosques. A la par, estamos promoviendo el cambio de uso de suelo y atrayendo más visitantes a estas áreas.

Un ejemplo simbólico de esta nueva visión del agua se plasma en la labor multisectorial que se está realizando en Valle Nuevo. El lunes 15 de marzo, junto al Embajador del Reino Unido e Irlanda del Norte, Mockbul Ali, y a Gloria Reyes, directora del programa Progresando con Solidaridad, estuvimos de visita en el corazón de la “Madre de las Aguas”, donde se reactivó el Plan de Acción para el Rescate del Parque Nacional Valle Nuevo, lo que nos permitirá, entre otras cosas, revolucionar el uso y racionalización del agua en actividades agrícolas y de producción de los comunitarios, pasando del riego tradicional de alto consumo, a una modalidad de riego por goteo, lo que permitirá un uso eficiente del agua de hasta un 95% con relación a tiempos pasados.

Nuestro país, pequeño estado insular, debe redoblar esfuerzos y tomar mayor consciencia para combatir de forma integral los efectos adversos del cambio climático, como principal factor que impacta el ciclo hidrológico y los medios de vida de las personas que dependen del agua para sus actividades productivas. Todos estamos comprometidos por esto.

Aprovechando que República Dominicana es anfitriona de la Semana Regional del Clima de América Latina y el Caribe en este 2021, evento a celebrarse en mayo y en agosto, nos emplearemos a fondo para que esta sea una oportunidad de fortalecer lazos de cooperación en innovación, capacitación, intercambio de datos y la movilización de capital financiero para la conservación y el manejo sostenible del agua.

El gobierno del presidente Luis Abinader tiene en su ADN el diálogo intergubernamental permanente; la búsqueda de mecanismos eficientes de cooperación y la eliminación de trabas burocráticas, políticas y culturales que nos impiden actuar unidos, cohesionados y eficientes ante uno de los desafíos más relevantes de la década: rescatar, preservar y hacer del agua un preciado líquido sostenible hacia el presente y el futuro.