El trasplante renal en vida, clave para evitar el deterioro por diálisis

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La insuficiencia renal puede originarse por múltiples causas como la diabetes, la hipertensión arterial, malformaciones congénitas, problemas prostáticos o cálculos renales. Cuando el riñón deja de funcionar adecuadamente, las dos alternativas para reemplazar su función son la diálisis o el trasplante.

Durante una conferencia virtual con periodistas latinoamericanos, Michael Prieto, cirujano de trasplante en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, destacó la importancia de la detección temprana de enfermedades renales y el potencial de los trasplantes renales preventivos, particularmente mediante donantes vivos.

«Los riñones de donantes en vida están permitiendo que muchas personas con enfermedad renal avanzada reciban trasplantes antes de que sus riñones se deterioren tanto que necesiten de diálisis«, apuntó.

Los riñones de donante vivo duran más, entre 22 y 25 años, comparados con los 12 a 15 años de un riñón proveniente de un donante fallecido.

Es por esta razón que Prieto enfatizó que los trasplantes preventivos también se practican con mayor frecuencia en niños, quienes se benefician aún más de evitar la diálisis para mantener una vida normal y activa.

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El doctor Mikel Prieto. 

Según la Sociedad Internacional de Nefrología, la enfermedad renal crónica afecta a aproximadamente 1 de cada 10 personas en el mundo y es responsable de millones de muertes anualmente.

Los riñones filtran el exceso de desechos y líquidos de la sangre, que son expulsados por el cuerpo a través de la orina, además de ayudar en el control de la presión arterial.

En la enfermedad renal crónica, los riñones pierden gradualmente su eficacia, lo que puede provocar la acumulación de líquidos, electrolitos y desechos a niveles peligrosos.

«La diálisis prolonga la vida, pero, desafortunadamente, a menudo no ofrece una buena calidad de vida. Solo un pequeño porcentaje de pacientes en diálisis suele llevar una vida normal y satisfactoria», explica el doctor.

«Además, el cuerpo se deteriora porque, aunque la diálisis lo mantiene vivo, no hace un trabajo excelente para eliminar todos los desechos. Entonces, si alguien ha estado en diálisis durante siete años y observa sus arterias, la persona puede tener 40 años, pero sus arterias y vasos sanguíneos se verán como los de una persona de 70 u 80 años», agregó.

  • Hoy, 6 de junio, es el Día Mundial de los Trasplantados.

Donantes en vida:

«Un donante de riñón en vida es alguien que dona un riñón sano en nombre de un familiar, amigo o incluso un extraño. Si el riñón del donante en vida no es compatible directamente con el receptor previsto, podrá formar parte de una cadena de donación pareada«, detalló.

De acuerdo con el especialista, la mayoría de las personas saben con años de anticipación que necesitarán de diálisis en algún momento o de un trasplante al recibir el diagnóstico de enfermedad renal.

«Es mucho mejor planificar un trasplante ahora, ya que el tiempo de espera para un donante fallecido puede llevar años. Y durante este tiempo de espera, la función renal continuará deteriorándose», destacó.

Otra ventaja es que disminuye la necesidad de tomar una alta dosis de medicamentos inmunosupresores.

Los pacientes a menudo se convierten en candidatos para un trasplante de riñón cuando su función renal cae por debajo del 20%. La diálisis generalmente comienza cuando la función alcanza aproximadamente el 10%.

En Mayo Clinic de Minnesota, aproximadamente la mitad de los pacientes que reciben trasplantes renales obtienen riñones de donantes en vida antes de que sus riñones se deterioren hasta el punto de necesitar diálisis.

La cirugía:

El doctor Prieto indicó que hoy día, en la gran mayoría de los hospitales la cirugía se hace de forma laparoscópica, es decir, con incisiones muy pequeñas.

«Algunos hospitales usan el robot, otros no, pero la cirugía se hace es una cirugía invasiva de invasión mínima, es decir, con una incisión pequeña. La cirugía del donante es muy segura, los donantes se recuperan rápido y no tienen ningún problema a largo plazo después de haber donado un riñón», comentó.

Consultado sobre las realidades en países de América Latina, reconoció que existen limitaciones estructurales y culturales, como el bajo número de donantes vivos y la preferencia por el trasplante de órganos de cadáver, lo que retrasa el acceso al tratamiento para muchos pacientes.

«Hay un tabú generalizado sobre operar a personas sanas para que donen un riñón, y eso limita las posibilidades», lamentó.

Perfil del donante:

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Así se realiza la donación cruzada entre pacientes vivos. (FUENTE EXTERNA)

En cuanto al perfil del donante, Prieto dijo que principalmente debe ser una persona sana.

«Por ejemplo, un donante relativamente joven de 35 años, casi seguro, si no ha tenido ninguna enfermedad importante, que puede pasar los test para donar. Una persona de 65 o 70 años, ya es menos probable porque le vamos a hacer un montón de análisis y si tienen problemas médicos de corazón, de diabetes, de cosas así, ya no pueden ser donantes«, aclaró.

Trasplantes en RD:

Para julio de 2024, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Coordinación de Trasplantes (Incort), unas 408 personas estaban en lista de espera por un trasplante de riñón en República Dominicana.

Asimismo, más de cinco mil pacientes acuden a unidades de diálisis por todo el país para recibir tratamiento por el bajo desempeño de sus riñones en las labores de filtración de la sangre.

«El trasplante es la mejor solución, la diálisis deteriora al paciente año tras año», indicó en ese entonces, Aimée Caamaño, coordinadora general del Incort.