El comercio impulsado por empresarios provenientes de China, ha experimentado un acelerado crecimiento y expansión en los últimos años en el país, donde éstos han instalado amplios establecimientos, principalmente en el área de tejidos, calzados, cosméticos, entre otros.
Su presencia en Santiago ha sido notoria, donde sus inicios, comenzó hace más de una década, en el centro histórico de la ciudad, lugar donde desplazaron tradicionales comerciales dominicanos, con la instalación de tiendas de tejidos, electrodomésticos, cosméticos y artículos ferreteros.
Sin embargo, en los últimos años estos negocios se han ido expandiendo a otras arterias comerciales en avenidas como la Circunvalación Sur, 27 de febrero, Estrella Sadhala y la carretera Luperón, en la zona de Gurabo, Duarte, hacia Licey, donde se han instalado grandes locales o tiendas.
Esta situación ha llevado preocupación en empresarios y organizaciones empresariales, que han demandado efectivas regulaciones para estos inversionistas extranjeros, tras las denuncias en años atrás, de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), de evasión de impuestos.
Dicha situación obligó a dicho organismo recaudador junto a la Dirección General de Aduanas, realizar operativos que terminaron con penalización y hasta cierre de negocios tanto en Santiago, como en Santo Domingo, lo que ponía en aprieto a los comerciantes que si cumplo con el pago de los impuestos.
Si bien la inversión extranjera es clave para el desarrollo del país, su expansión descontrolada ha despertado inquietudes en sectores comerciales y empresariales, que han manifestado preocupaciones sobre competencia desleal, evasión fiscal y afectación del comercio tradicional dominicano.
Décadas atrás, la presencia de estos nacionales asiáticos, se limitaba a negocios de supermercados, reposterías, restaurantes, fotografías, pero en los últimos años las áreas de inversión son otras.