«Mi vida en República Dominicana fue extraordinariamente única. Recuerdo vivir días simples y de ritmo más lento que me permitió disfrutarlos a la totalidad con mi hermosa familia y mis amigos del barrio. Siempre estuve rodeado de mucho amor y alegría junto a personas genuinas y trabajadoras, cualidades que caracteriza al dominicano». Así recuerda Luis Paulino Nova su infancia y adolescencia en San Francisco de Macorís, ciudad de la que es oriundo en República Dominicana.
Aunque era feliz con lo que tenía en ese momento siempre soñó con representar fuera de su país al país que lo vio nacer. Eso lo llevó a emigrar a los Estados Unidos, algo que, como dijo a Diario Libre por lo general, “va de la mano con momentos duros, de mucha frustración y de tristeza por el hecho de que tienes que comenzar desde cero y adaptarte a un país nuevo”, señaló.
«Yo en lo personal tuve barreras del idioma, dificultades financieras, desafíos del estigma por ser Latino que condujo al acoso (bullying) particularmente en la escuela. Hubo un tiempo en el que simplemente no me sentía cómodo en los Estados Unidos y solo quería tomar el primer vuelo de regreso a la Republica Dominicana», continuó.
Sin embargo, esto en vez de limitarlo le dio más fuerzas para seguir tras sus metas.
“Me gradué entre los cinco mejores estudiantes de la Universidad de la Ciudad de New York (CUNY) City College, en licenciatura en ciencias políticas y teatro, recibiendo una ovación de la ex primera dama Michelle Obama durante la ceremonia de graduación”. “Ahora-continúa- estoy en camino a lograr mi maestría en Harvard University, considerada la mejor y más prestigiosa universidad del mundo”, señaló.
Sin embargo, ha vuelto a ver una piedra en su camino rumbo a esta meta de seguir representando a los dominicanos trabajadores.
“Harvard es una universida d bastante cara y necesito la ayuda de mi pueblo dominicano para recaudar fondos para ayudarme en mi jordana y complementar mi alojamiento y comida, y los pagos inmediatos de la matrícula”, dijo a este medio.
«Y como era de esperarse, una universidad tan prestigiosa venía con una tarifa alta. A pesar de ganar una media beca por ser un estudiante estelar, todavía tengo que pagar la otra mitad de mi matrícula en Harvard, incluyendo mi alojamiento. Para costear mi matricula y estadía hasta el momento, me vi obligado a sacar dos préstamos estudiantiles», detalló.
Para lograrlo abrió una campaña en GoFundMe, denominada Help Luis Complete Graduate School con la que busca conseguir más de 31 mil dólares, y así seguir en el camino rumbo a sus metas.
¿Cómo llegó a una universidad como Harvard?
«Asistir a la Universidad de Harvard es un sueño compartido por miles de estudiantes en todo el mundo—yo no fui la excepción porque siempre tuve ese sueño. Pero, así como lo dijiste, Harvard es una universidad estricta para seleccionar a sus estudiantes y el proceso de admisión es notoriamente competitivo y difícil. Sin embargo, soy ejemplo de que el trabajo duro tiene su recompensa y que todo es posible y se puede lograr con dedicación», dijo.
«Más que tener grados extraordinarios, Harvard busca cualidades únicas en un estudiante como, por ejemplo, tener curiosidad intelectual, habilidades de comunicación excepcionales, participación comunitaria, y liderazgo en cualquier área en nuestra sociedad. Durante los últimos años, yo me he dedicado vigorosamente a trabajar con inmigrantes en la ciudad de Nueva York y a ayudar a los dominicano-estadounidenses a alcanzar su máximo potencial, un área que me apasiona bastante. Estoy muy contento que Harvard vio mi potencial, dedicación, y amor por el servicio público», agregó.
«Yo he encontrado inspiración en una variedad de cosas, experiencias y personas a lo largo de mi existencia. Sin embargo, mis padres han sido mi mayor inspiración en la vida. Siempre me apoyaron y motivaron para lograr mis metas», dijo.
«Mis padres han caminado conmigo hombro con hombro en las buenas y en las malas. Me enseñaron a ver los sueños y me impulsaron a cumplirlos a través del esfuerzo. Siempre me dijeron que nada llega a nuestras manos sin trabajar arduamente», explicó. «Por lo tanto, trabajo duro para devolverles lo que han hecho por mí y hacerlos felices con mi éxito».
Busca inspirar a sus compatriotas. «Yo sueño con que más personas de mi país, República Dominicana, puedan aspirar a soñar en grande como mis padres me enseñaron hacerlo. Entiendo que lograr mis metas y seguir con la determinación de llevar el nombre de mi país en alto es la única manera de fomentar la motivación en los dominicanos para que se preparen académicamente y así hacer cambios positivos en nuestras vidas, en nuestro país, y en este mundo», señaló.
«Sea cual sea el sueño, escribe tu propia historia con pasión, determinación y siempre actuando a la altura del Pico Duarte. Por más cliché que suene, no le tengas miedo al fracaso porque el fracaso es un componente necesario del éxito. Confía en tus habilidades y ya verás que los triunfos encontraran sus caminos hacia ti», señaló.