Barcelona debería derrotar convincentemente al Atlético de Madrid el sábado para que Ronald Koeman tenga alguna esperanza de seguir como técnico blaugrana.
Resta por verse, sin embargo, si Koeman sigue siendo el técnico el sábado.
Dos humillantes derrotas en el inicio de la Liga de Campeones dejaron al técnico neerlandés en una posición muy endeble.
El primer revés 3-0 en casa se puede justificar con el hecho de que fue ante el poderoso Bayern de Múnich. Pero acto seguido Barcelona cayó nuevamente 3-0 ante un Benfica que no le ganaba desde 1961.
Esa puede ser la gota que rebasó el vaso. Después del encuentro en Lisboa, Koeman habló como un hombre que sabe que sus horas están contadas.
“De mi futuro no puedo decir nada, porque no sé cómo piensa el club”, dijo. “No está en mis manos. Ya veremos. Al final (de cuentas), el culpable es el entrenador”.
El presidente del Barcelona Joan Laporta y Koeman mantienen serias diferencias desde que Laporta retomó la conducción del club en marzo. Es sabido que Laporta estudió la posibilidad de contratar a otro técnico antes de decidir seguir con Koeman.
El club encara una profunda crisis económica que motivó la partida de su jugador más emblemático, Lionel Messi, y de Antoine Griezmann. También padeció las lesiones de jugadores importantes.
Repentinamente, el sexto puesto en el torneo doméstico parece algo decoroso comparado con el desastre en la Liga de Campeones, donde está último en su grupo y corre peligro de no pasar a la siguiente fase. Un equipo que se precia de ser ofensivo no tiene un solo tiro entre los tres palos en 180 minutos.
“Todo el mundo sabe el problema del Barça hoy en día”, manifestó Koeman. “No se puede opinar de un equipo que no es el equipo de muchos años pasados. Más claro el agua”.
Koeman dijo que él es en parte responsable del flojo rendimiento del equipo, pero acotó que “hay que pedirles más a los jugadores, porque en el primer gol no podemos dejar al rival entrar tan fácil”. Destacó asimismo la falta de efectividad frente al arco rival.
“El equipo jugó bien hasta el 2-0, fuimos superiores en muchas fases del partido. Pero si no marcas, no ganas un partido”, manifestó.
Las tácticas de Koeman contra Benfica, no obstante, fueron bastante cuestionadas. Sobre todo su decisión de sacar a Gerard Piqué porque recibió una amonestación muy temprano y bajar a Frankie de Jong a la defensa. De Jong había sido la principal arma ofensiva del equipo hasta entonces.
Cuando se le preguntó si era necesario un cambio de técnico, de Jong dijo que “no”.
“Solo se sale de esta situación unidos, trabajando todos juntos”, expresó.
El Atlético también la pasó mal ante el Milan el martes, hasta que Griezmann y Luis Suárez anotaron y le dieron una sufrida victoria 2-1.
Después de la fecha del fin de semana viene un receso de partidos internacionales, que podría prestarse para un cambio de técnico.
La prensa especula desde hace tiempo que Xavi Hernández, Roberto Martínez o Andrea Pirlo podrían suceder a Koeman. Laporta también dijo en algún momento que Jordi Cruyff, director deportivo e hijo de Johan Cruyff, leyenda del club, podría ser usado en una emergencia.
Al margen de sus problemas actuales, el Barcelona recibió un duro golpe de cara al futuro cuando la Liga bajó su tope salarial de los 285 millones de euros (334 millones de dólares) de hace menos de un año a 97 millones de euros (113 millones de dólares). Ese tope salarial es siete veces más bajo que el del Real Madrid, producto del mal manejo financiero de los predecesores de Laporta.
Por ello, con Koeman o sin él, es previsible que al club le tome mucho tiempo volver a la cima.