Mientras camino por la calle Las Damas, primera calle del Nuevo Mundo, recuerdo que fue empero en la ribera este del río Ozama donde Bartolomé Colón fundó la ciudad. En ese entonces con el nombre Nueva Isabela. (Poco tiempo después fue llamada Santo Domingo, aunque por varios años, en los 1900s, se conoció como Ciudad Trujillo). De aquella Nueva Isabela, cuya fundación es señalada como el 4 o 5 de agosto (más probablemente el 5) de 1498, no quedan ni siquiera unas ruinas. Es que sus construcciones, según señala Holger R. Escoto en Historia de la Arquitectura Dominicana, parecen haber sido de palma y cana. Y de madera era la primera ermita, destruida por el ciclón de 1502. Sobre el lugar que ocupaba fue levantada, años después, la capilla del Rosario, que ha sido restaurada en diferentes épocas.
En este paseo cultural con Alexis, mi hijo menor, dejamos para otro día cruzar el Ozama para verla. Nos quedamos caminando en la parte occidental hacia donde en 1502, debido al huracán que destruyó el primer asentamiento, fue trasladada la ciudad. Y es en la calle Las Damas donde a inicios del siglo XVI empezaron a levantarse las primeras residencias de piedra en Santo Domingo. Una de ellas en la esquina noroeste de Las Damas y El Conde, desde donde dicen que Hernán Cortés organizó su expedición para la conquista de México. En su fachada admiramos una bella ventana gótica con arco conopial. (La casa fue restaurada en la década de 1970).
El edificio en la esquina noreste alojó por varios años, hasta su traslado, el periódico El Caribe, el primero que en el país montó una emisora en sus instalaciones para transmitir noticias.
Primera iglesia
‘La primera iglesia que tuvo la villa de Santo Domingo’, dicen Virginia Flores Sasso y Esteban Prieto Vicioso en ‘Un pueblo unido por la fe’, ‘debió construirse en 1498’. En el interior de la actual Capilla del Rosario (en la margen oriental) ‘se encontraron huellas de los horcones de la primera capilla’. Esto indica ‘que la iglesia original era de madera’.