Los investigadores trabajan en un mejor tratamiento para el cáncer de próstata agresivo

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Una nueva investigación del Centro del Cáncer de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, avanza hacia un nuevo tratamiento para hombres con ciertos tipos agresivos de cáncer de próstata, según publican sus autores en la revista ‘Molecular Cancer Research’.

El estudio, dirigido por el doctor Scott Cramer, miembro del Centro del Cáncer de la Universidad de Colorado, y sus colegas de la Universidad de Stanford y de la Universidad de California, analiza específicamente cómo la pérdida de dos genes específicos supresores de tumores de próstata – MAP3K7 y CHD1 – aumenta la señalización del receptor de andrógenos y hace que el paciente sea más resistente a la terapia antiandrogénica que se suele administrar para reducir los niveles de testosterona en pacientes con cáncer de próstata.

«Los médicos no suelen estratificar a los pacientes en función de este subtipo y decir: ‘Vamos a tener que tratar a estas personas de forma diferente’, pero creemos que esto debería tenerse en cuenta antes de tratarlos con la terapia antiandrogénica porque parece que ya son inherentemente resistentes a la terapia –explica Cramer, profesor del Departamento de Farmacología–. Es menos probable que respondan al tratamiento».

En el artículo, Cramer y sus coinvestigadores muestran que la pérdida de la expresión del gen MAP3K7, en particular, se asocia con malos resultados, lo que hace aún más vital tratar a los pacientes que muestran la pérdida del gen.

Cramer señala que la mayoría de los hombres diagnosticados de cáncer de próstata tienen tumores de crecimiento lento que presentan un bajo riesgo de metástasis, pero alrededor del 20% de los pacientes acabarán desarrollando una enfermedad metastásica agresiva.

Sabiendo que la falta de MAP3K7 y CHD1 es una señal de una enfermedad más agresiva, y que los tratamientos como la cirugía, la radiación, la quimioterapia y la terapia hormonal tienen efectos secundarios que pueden ser significativos, Cramer espera que, con el tiempo, los médicos puedan utilizar la deleción como un marcador para los hombres que se beneficiarían más de las estrategias de tratamiento agresivo y evitar los que tienen menos probabilidades de sucumbir a su enfermedad.

«Esos pacientes deberían recibir un tratamiento más agresivo que otros porque tienen más probabilidades de morir a causa de la enfermedad –afirma–. Y sabemos que el 50% de los pacientes con pérdida de MAP3K7 y CHD1 son propensos a reaparecer tras su tratamiento primario con enfermedad recurrente».

Un estudio anterior de Cramer demostró que de los pacientes con cáncer de próstata con deleciones combinadas de MAP3K7 y CHD1, aproximadamente la mitad tendrá cáncer de próstata recurrente, lo que en última instancia conduce a la muerte. Alrededor del 10-15% de todos los cánceres de próstata albergan deleciones combinadas MAP3K7-CHD1. Él y su equipo están investigando ahora métodos de tratamiento alternativos para los pacientes resistentes a la terapia antiandrogénica debido a las deleciones.

«Nuestro objetivo final es mejorar el tratamiento –explica –. Queda mucho trabajo por hacer para reproducir nuestros hallazgos, validarlos y extenderlos a modelos preclínicos. Si todo eso tiene buen aspecto, entonces se podría estratificar a los pacientes en función de su expresión de estas proteínas, y entonces es de esperar que tengamos mejores formas de tratarlos».